lunes, 15 de marzo de 2010

NO TENGO LA SANGRE DE HORCHATA

Dado que el sábado publicaron la convocatoria de la oposición y que todo lo que se podía decir, alegar, objetar o insinuar en cuanto a estados de ánimo y perspectiva opositoril se refiere ya ha sido plasmado en los sendos blogs de compis que sigo, esta entrada no es para reincidir sobre ello, sino para intentar exteriorizar un cúmulo de sensaciones que a buen seguro habrá experimentado gran parte de los mortales.
Leyendo entradas de otras personas me he dado cuenta de muchas cosas, como ejemplos puedo citar la entrada sobre el miedo que escribió Luisa o aquella en la que Pichús explicaba que ser opositor sería mucho más fácil si consiguiéramos poder pulsar un botón y que nuestras preocupaciones personales (dícese problemas familiares, relaciones afectivas etc)pudieran no interactuar con el derecho-deber de estudiar que en principio debería primar sobre otras cosas.
He vivido 7 años en Valencia y de todas las cosas buenas o malas que pueda tener, hay una que me hubiera gustado en alguna ocasión y es lo que los valencianos denominan "tener la sangre de horchata".Sí, lo has leido bien...hay quien dice "tienes la sangre de leche templada" o "no tienes sangre" al referirse a aquellas personas que bien innatamente o bien porque lo han aprendido, han desarrollado un gen-don que les permite mostrarse impasibles, indiferentes, capaces de que sólo les afecte aquello que ellos seleccionan de manera privada o incluso que todas y cada una de las cosas que les suceden pasen por sus vidas sin dejar rastro, sin pena ni gloria ni algo para recordar aunque sea de esas cosas que le hicieron sufrir.
Tengo varias personas alrededor que poseen ese "gen" para relativizar todo tantísimo que me enerva pensar que todo me afecte de esta forma, hay veces que me dan ganas de gritar: ¡despierta leches, reacciona!vale que yo soy muy temperamental, lo reconozco, pero a la vez soy reflexiva, eso no implica que tenga la sangre de horchata, sino que vivo con toda su intensidad la situación, barajando siempre sus posibles consecuencias. ¿Cómo alguien consigue mostrarse indiferente cuando sabe que un ser querido está pasando un mal momento y consigue concentrarse en el estudio?¿Cómo le digo a mi corazón que no se llene de ilusión o se parta por algo que no tenia previsto?hay manuales para mejorar la memoria, la autoestima, la asertividad, hasta las relaciones sexuales, ¿hay algún manual para mejorar la "sangre" de las personas?
Sea cual sea la respuesta, en estos momentos me hierve la sangre por varias razones:
Me inquieta ser novata en esto y me ilusiona al mismo tiempo la experiencia de la primera vez en el examen; una persona muy cercana a mí me ha decepcionado; me repatea que me llamen por mi apellido; soy incapaz de odiar, pero sí sé detestar, mi corazón me manda señales que no sé si interpreto de la manera adecuada; no duermo por las noches porque mi cabeza es un código penal andante y mi gente tiene demasiada fe ciega en mí lo que me produce desasosiego, presión y supone un halago por otra parte.
Me levanto cada mañana dando las gracias por lo que tengo y soy capaz de sentir, querer, irritarme, obcecarme e incluso cagarme en la madre que parió a Panete si hace falta, pero ante todo, lo manifiesto como lo siento (craso error) por lo que llego a la conclusión de que NO TENGO LA SANGRE DE HORCHATA y voy a tener que vivir con ello el resto de mis días. ¿alguien sabe como atemperar mi sangre?