lunes, 1 de noviembre de 2010

FANTASÍAS Y REALIDADES OPOSITORILES

No es que haya perdido la inspiración de forma divina, ni que quepa la posibilidad de que no la haya tenido nunca, sino que simplemente he perdido "la razón" por la que escribía con frecuencia aqui al llegar del cante. Hace varios meses convertí la entrada en una de mis pequeñas rutinas opisitoriles, porque como bien saben los entendidos, el opositor es un animal de costumbres. Pues bien, igual que desayuno café sólo bien cargado y hasta unos 20 minutos después de ello no soy lo que se viene denominando persona (olvidemos el C.C) como para ponerme a cantar artículos, no soy capaz de escribir al llegar del cante por varias razones....
La primera de ellas es que varios de los compis con los que me comunicaba por aqui, ya no son opositores, sino que han pasado a mejor vida (no se han muerto, son jueces y fiscales) y sus frenéticos ritmos en las respectivas escuelas han producido que sus blogs hayan quedado rezagados en cierta medida hasta que encuentren de nuevo ese espacio que ocupaban en él.
Pero no es éste el principal motivo de mi entrada, sino que hoy necesitaba plasmar como antaño las reflexiones que me hago a mi misma.
Todo opositor sueña, o por lo menos fantasea con que llegue el día del preciado aprobado y se vea recompensado el esfuerzo de los años, de los cantes buenos y los malos, de las noches en vela porque el 286 CP no entra ni a tiros y mañana el prepa le va a dar pal pelo, de las restricciones en las salidas nocturnas y de disfrutar de los días libres limitados, pero como digo, no es más que una fantasía hasta que uno pone un pie en el Supremo por segunda vez en la misma convocatoria, y sale del edificio saboreando la victoria del aprobado. Digo yo (desde mi ignorancia como aprobada) que en ese momento debe seguir siendo una fantasía porque asimilar que al dia siguiente no te vas a levantar a las 7 y vas a cantar cual papagayo en celo es una sensación que creo, debe costar bastante, aunque bueno, siempre se dice que a las cosas buenas se acostumbra uno pronto ¿no?.
Pero no hablo de fantasías en este instante, porque la de pensar que algún día aprobaré la plaza y me calzaré la toga es la única que he tenido en toda mi vida, la verdad. Debo pecar de ser extremadamente realista y la realidad es otra ahora mismo: después de acabar la carrera, no tuve vacaciones porque me mudé y me fui de cabeza al preparador con el practicum fresquito y los Carperis en la mesa, la oposición me cambió la vida y en el año y medio que llevo en esto, he suspendido un test, he dejado por el camino una relación de pareja, un tratamiento para la ansiedad, varios pinzamientos cervicales y varias frustraciones hasta que conseguí encontrar mi técnica de estudio, PERO AQUÍ ESTOY, AQUÍ ESTUVE Y AQUÍ SEGUIRÉ. Siempre hacia delante, conociéndome a mí misma cada día un poco más y sorprendiéndome en ocasiones de lo cuadriculada que puedo llegar a ser. He reido y he llorado estudiando, he comprendido que no puedo caminar por esta senda (que yo elegí) con quien no es capaz de ponerse en mi lugar y que sí, definitivamente tengo un carácter insoportable porque no aguanto ni una ni media a nadie. Me reconozco a mi misma en mis palabras y hoy sé que tan sólo soy una luchadora a la que en el ring le han ganado dos asaltos, PERO LA VICTORIA SERÁ MÍA ;)

Un beso y mucho ánimo a quienes me leen.