Vistas tantas páginas de recetas culinarias sorprendentes y enganchada a la gastronomía y al buen vino que se declara esta humilde servidora, he decidido compartir mi receta del tiramisú, un tanto particular pero que en primer lugar resulta muy fácil y barato de hacer y en segundo lugar, estoy segura de que si os decidís a poneros manos a la obra, quedareis como reyes con quien lo hagais. Adjunto fotito del que hice en mi cumple del que no quedaron ni los fideos de chocolate que le puse por encima...jeje
Ilustrado el tema, vamos allá:
INGREDIENTES:
-2 paquetes de bizcochos de soletilla
-1 tarrina de queso mascarpone
-1 tarrina de nata montada (helada)
-café bien fuerte
-azúcar
-kalhua (licor de café) o en su defecto un chorrito de Tia María o cualquier licor de café
-un poquito de canela
-fideos de chocolate (para decorar)
Y VAMOS AL LÍO:
Lo primero que haremos es hacer una cafetera bastante cargadita y le añadiremos azúcar al gusto según paladares, pero tened en cuenta que los bizcochos de soletilla ya son dulcecillos de por sí. Una vez tengamos el café caliente con el azúcar disuelto, le añadiremos un buen chorrito de kalhua y lo pondremos en un recipiente o bol que nos permita mojar los bizcochos en él.
Por otro lado, mezclaremos el mascarpone con la nata helada y lo batiremos junto hasta que adopte una consistencia homogénea y sin grumos y le añadiremos una pizca de canela.
Y ahora no tiene otro secreto que hacer capas: la primera de bizcochos mojaditos, encima otra de la mezcla de la nata con mascarpone y así sucesivamente hasta terminar los ingredientes.
En la última capa, espolvoread con fideos de chocolate por encima.
Pd: como consejo os diré que ya que esta receta no tiene claras montadas como otros tiramisús, para que la mezcla del mascarpone y la nata tenga la consistencia óptima, dejad el tiramisú en el congelador y cambiardlo a la nevera una hora antes de servir.
Espero que os guste, ya me contareis.
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